Describe el uso de los acrónimos.
Acrónimo. 1. Es, por
un lado, el término formado por la unión de elementos de dos o más palabras:
teleñeco, de televisión y muñeco; docudrama, de documental dramático; Mercosur,
de Mercado Común del Sur. Por otro lado, también se llama acrónimo a la sigla
que se pronuncia como una palabra: OTAN, ovni, sida. Es muy frecuente que estos
últimos, tras una primera fase en que aparecen escritos con mayúsculas por su
originaria condición de siglas (OVNI, SIDA), acaben por incorporarse al léxico
común del idioma y se escriban con letras minúsculas (ovni, sida), salvo,
naturalmente, la inicial cuando se trata de nombres que exigen la escritura de
esta letra con mayúscula (Unesco, Unicef). Los acrónimos suelen omitir para su
formación los artículos, las preposiciones y las conjunciones que aparecen en
la denominación completa, salvo si son necesarios para facilitar su
pronunciación: ACUDE (por Asociación de Consumidores y Usuarios de España),
pyme (por pequeña y mediana empresa).
2. La formación de
siglas y acrónimos es un fenómeno muy extendido en países anglosajones,
especialmente en ámbitos científico-técnicos. Así, se han incorporado a nuestro
idioma numerosas palabras que son, originalmente, siglas o acrónimos ingleses:
radar, por ra[dio] d[etecting] a[nd] r[anging]; láser, por l[ight] a[mplification
by] s[timulated] e[mission of] r[adiation]; púlsar o pulsar, de puls[ating
st]ar. En algunos casos, los acrónimos de origen extranjero se han adaptado o
traducido al español: decimos sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), y
no aids (acquired immune deficiency syndrome o acquired immunodeficiency syndrome); OTAN (Organización del Tratado del
Atlántico Norte), y no NATO (North Atlantic Treaty Organization).
3. Una vez incorporados al léxico común, los acrónimos forman el plural
siguiendo las reglas generales de su formación en español: ovnis, ucis,
radares, transistores.
4. La mayoría de los
acrónimos formados por la unión de elementos de dos o más palabras han adoptado
el género masculino, incluso cuando, en la traducción, la palabra núcleo de la expresión
extranjera abreviada es femenina; así, se dice un púlsar, a pesar de que
estrella (ingl. star) es femenino; un quásar, a pesar de que fuente (ingl.
source) es femenino. A veces, el masculino se explica por sobrentenderse un
concepto masculino elidido: el [rayo] láser, a pesar de que luz (ingl. light)
es femenino. Por el contrario, los acrónimos que se originan a partir de siglas
adoptan normalmente el género de la palabra núcleo de la denominación completa:
la uci (porque unidad es palabra femenina), el sida (porque síndrome es palabra
masculina).
5. Solo los acrónimos
que se han incorporado al léxico general y que, por tanto, se escriben con
minúsculas, admiten su división con guion de final de línea y se someten a las
reglas de acentuación gráfica en español: lá- / ser, ra- / dar.
6. Los acrónimos se
leen como se escriben, sin desarrollar los elementos abreviados